USTED
Usted
que es una persona adulta
—y por lo tanto—
sensata, madura, razonable,
con una gran experiencia
y que sabe muchas cosas,
¿qué quiere ser cuando sea niño?
Jairo
Anibal Niño
SEMBRAR UNA SEMILLA
P
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asaron ya más de cuatro semanas desde que arrancamos con nuestro
Curso de Verano Infantil en el Centro Comunitario Sergio Méndez Arceo, además
de la desbordada, incansable e inacabable energía de l@s niñ@s, nos encontramos
con gratas sorpresas… Su convivencia, su manera de hacer amigos, su forma de
darse un abrazo para solucionar problemas —perdonar/disculpar—, su preocupación
por cuidar el ambiente, por proteger al otro, por compartir —sobre todo, esto—,
su inmenso cuestionamiento, las aptitudes para la danza y saber el por qué de
la adoración al sol en las culturas mesoamericanas; la agilidad y habilidad que
tienen en sus manos al realizar un alebrije (que así como surgieron de la mente
y los sueños de don Pedro Linares —su creador— en Oaxaca, ahora sus creaciones
se encargarán de velar los suyos; eso dicen, que son guardianes), o diseñar el
decorado de una caja, realizar una flor con papel periódico, una piñata o el
penacho que embellece sus rostros de niños-guerreros; imaginar qué pasaría si
tuviéramos un mundo sin matemáticas (cómo les dolió elucubrar la idea de no
contar con videojuegos, televisión, internet, luz eléctrica, autos, o cualquier
invento que nos “hace la vida más fácil”, o bien, no festejar su cumpleaños);
atender las medidas de higiene para proteger su salud, el cuidado de su boca,
los dientes… Su cuerpo en totalidad; ordenar los espacios de la casa donde
conviven todos los días; su creatividad para contar historias, su asombro al
saber la conformación de los estratos que yacen bajo la tierra, la importancia
de cuidar los árboles y saber de la flora y la fauna que habitan los
ecosistemas, ver nacer una planta y plantear escenarios —nada amables— si
faltara el agua en el planeta, o en sus casas, en la ciudad (…); o bien,
observarles emocionados cómo se atiende una emergencia en una situación
complicada durante su sesión de Primeros auxilios (la participación en trabajo
colectivo es importante y el hecho de “experimentar” jugando con las camillas,
collarines, aprender a inyectar con una naranja, aprenderse la dirección de su
casa y los números de teléfono de emergencia…), entre otras cosas. Claro, sin
olvidar algunos vicios que traen desde casa —ninguna sociedad es perfecta— y
con esto último, es necesario lidiar y reencauzar el camino, tarea con la que
hicimos contrapeso en el taller de valores…
Y como estos talleres están direccionados temáticamente, los que
conformaron el curso de esta edición, la novena, se encauzaron hacia la
ecología, el cuidado y el respeto hacia el medio ambiente utilizando materiales
de rehúso (botellas de pet, periódico, alambre, tapas de envases, cartón, entre
otros). Lo que nos motiva es que la reflexión se logre a través de su misma
visión y que sean ellos mismos los que emprendan acciones desde su ámbito más
cotidiano, que es el ambiente familiar. Educar, enseñar es tarea de todos.
Poner de nuestra parte es ir sembrando la semilla que en el futuro habrá de
mostrarnos bellas formas si se hace de manera correcta. Nosotros quisimos
contribuir con este curso, con los talleres, que quisiéramos acercar y compartir
a muchos niños más y que las oportunidades se abran para todos, sobre todo, a aquellos de escasos recursos económicos. Sembrar dicha
semilla implica responsabilidad desde todas las áreas. Un curso de este tipo
debe realizarse de manera lúdica y el ejemplo lo han puesto los chicos que
asistieron durante un mes (del 15 de julio al 09 de agosto de 2013). Se han
divertido aprendiendo. Quizá en un futuro uno de ellos, o ellas, regrese y nos
comparta alguna vivencia y que lo que haya aprendido en este Centro Comunitario
le sirva en este presente, o en un futuro.
Desconocemos cuántos espacios en Valle de Chalco, ofrecen
alternativas de este tipo (ojalá sean muchos más), pero el Colectivo
Independiente de Cultura Popular Xictli, abre una posibilidad de mirarse en un
espejo, o mirar a través de una ventana, o deslizar la puerta para que podamos
conocer de otras experiencias, saberes, miradas que atiendan las problemáticas
sociales y culturales que se arraigan en la realidad de una de las zonas marginales de este municipio.
Gracias en primera instancia a madres y padres de familia que
nos depositaron su confianza (ustedes y sus hijos forman parte ya de este
centro comunitario), a los talleristas —Ricardo (nueve ediciones y las que
faltan y como los buenos vinos, cada vez mejor, trayéndonos partes de nuestro
México a través de la danza y las vertientes contemporáneas); Leticia (ama de
casa, “licenciada en todología en la universidad de la vida” con mucho criterio
y preocupada por los problemas sociales y con la calidad moral de enseñar
valores); Yecenia y Daniel (su quehacer se ennoblece ante los niños de miradas
acuciosas que conocieron formas distintas de realizar un jardín colgante en
casa); Ana (qué agradable reencuentro para aquellos que te conocen y te diste
la oportunidad de participar de nueva cuenta; además, qué gran control de
grupo. Los chicos te extrañarán seguramente y recordarán tus enseñanzas cada
vez que cepillen sus dientes, laven sus manos, ordenen su habitación o se miren
en el espejo y se peinen); Enrique (la primera vez que te integras y el grupo
se llevará cosas buenas de ti: los colores de un alebrije son el resultado en
las sonrisas infantiles); Carlos (siempre es bueno contar con la ayuda de
alguien experimentado para la resolución de una emergencia sobre primeros
auxilios, en las que todos deberíamos saber qué hacer; resultó innovador para
los niños); Ángeles (si hablamos del apoyo de gente de la comunidad, ahora tú
levantaste la mano y nos diste una probadita de lo que sabes hacer y podrías
mejorar. Sabemos que se puede contar contigo); Esther (qué gran labor la de
escuchar y orientar a madres, padres e hijos. El apoyo de una psicóloga no lo
habíamos contemplado y te sumaste con tu propia iniciativa. Bienvenidos más
esfuerzos de estos); Alejandra (mucho del diseño de este proyecto te lo debemos
a ti y aunque no pudiste acompañarnos, sabemos que estabas al pendiente.
Seguiremos contando con tu labor. Felicidades por la nueva faceta —ya sabes
cuál—); y por supuesto, Martha (que siempre haz acompañado este proyecto con la
comunidad, escuchando a las madres, lo cual ayuda a generar confianza, al pie del
cañón junto con tus hijos, que han crecido y ven desarrollar, como ellos
mismos, este esfuerzo. Si hay historias que contar, la tuya es una de esas.
Gracias, Maestra por caminar con nosotros a la par. De verdad, la admiración de
todos por tu fortaleza).
Gracias a los que nos apoyaron en esta bella y ardua tarea de
compartir con l@s chic@s, a la gente que hizo eco y apoyó en la difusión de
este esfuerzo. A los que moralmente y con sus buenas vibras nos echaron porras
desde la distancia. A los que oportunamente nos brindaron su tiempo y brío
cuando lo requerimos ante lo apremiante del contexto (Orlando, Renato, Beto,
David, Los Rayones —Arturo y Dulce—).
(…) Mirarles,
escucharles reír, gritar, opinar, saber que están ahí, es conocer la certeza de que el mundo tiene
salvación, otros caminos, porque ¿a quién no le quedas ganas de ser niñ@ otra
vez y contar con la inextinguible imaginación que hay sobre la vida y los
sueños?
No sabemos si nos toque ver el resultado (fruto) de la semilla.
Ojalá que sí. Pero estamos poniendo el corazón para lograrlo.
Juan Galindo F. (Imágenes y texto).
Colectivo Xictli
*Les compartimos algunas imágenes del curso y sus talleres
respectivos. Nos gustará saber su opinión.
Gracias por tu comentario. Es parte de nuestro quehacer con la comunidad.
ResponderEliminarSaludos.